Los beneficios climáticos adicionales de proteger la capa de ozono

Los beneficios climáticos adicionales de proteger la capa de ozono

Traducido por Javier Ponce de Leon

 

Un nuevo estudio demuestra que el Protocolo de Montreal, un tratado internacional creado para restaurar la capa de ozono terrestre, ha tenido un efecto positivo añadido que consiste en reducir considerablemente el calentamiento global.

 

Esto se debe a que los químicos que dañan la capa de ozono, restringidos por el Protocolo, son también potentes gases de efecto de invernadero con capacidad para retener hasta 10000 veces más calor que el dióxido de carbono a lo largo de un siglo.

 

El estudio de la Geophysical Research Letters demuestra que la reducción del uso de esos químicos representaría una disminución de 170 millones de toneladas de dióxido de carbono, cantidad equivalente a la emisión anual de los EEUU entre 2008 y 2014. Esto representa casi la mitad de las reducciones en gases de efecto invernadero alcanzadas por los EEUU durante el mismo período.

 

«Esto demuestra lo que se puede conseguir a través de una campaña internacional coordinada y seria», afirma Scott Lehman de la Universidad de Colorado Boulder y co-autor del estudio. «Con suerte, el Protocolo servirá como modelo de cooperación internacional para señalar el verdadero problema que debemos abordar: el dióxido de carbono».

 

La capa de ozono actúa como una pantalla solar que protege la Tierra de los rayos ultravioletas. En 1974, la comunidad científica descubrió que el cloro de los químicos utilizados en las neveras, aerosoles y otros productos podía destruir las moléculas de ozono. Posteriormente, se descubrió que estos químicos, es decir, los clorofluorocarbonos e hidrofluorocarbonos, estaban dañando la capa de ozono en todo el mundo y creando un agujero del tamaño de los EEUU continentales en la superficie de la capa que cubre el Antártico. En consecuencia, el Protocolo de Montreal limitó la producción y la utilización de estos gases. Estas medidas deberían permitir la regeneración de la capa de ozono para mediados de siglo.

 

En un nuevo estudio, un grupo dirigido por científicos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) ha hecho una estimación total de las emisiones de químicos que agotan la capa de ozono en los EEUU por primera vez. Las estimaciones se han realizado en base a los niveles de estos residuos químicos encontrados precisamente en muestras de aire.

 

El NOAA posee una amplia red de emplazamientos desde donde se recogen muestras de aire con matraz (en tierra) o en la atmósfera (desde un aeroplano). Los científicos han utilizado datos de 37 emplazamientos: 15 aéreos, donde el aire se recogía de entre 9 a 12 altitudes distintas, una o dos veces por mes; y 24 en tierra, donde las muestras se recogían a diario desde torres altas en Norte América o en áreas remotas alrededor del mundo.

 

Asimismo, los científicos descubrieron que en los EEUU las emisiones de clorofluorocarbonos se han reducido en dos terceras partes desde 2008 hasta 2014, mientras que las emisiones de hidroclorofluorocarbonos se han reducido en la mitad.

 

Los países adheridos al Protocolo, incluidos los EEUU, han acordado en 2016 la limitación de la producción y del consumo de hidrofluorocarbonos: los sustitutos inocuos para la capa de ozono para los CFCs y los HCFCs, que son también fuertes gases de efecto de invernadero.

 

Los científicos estiman que para 2025, el Protocolo habrá reducido las emisiones de gases de efecto de invernadero en 500 millones de toneladas de dióxido de carbono por año en comparación a los niveles de 2005. Esto equivale al 10 por ciento de las emisiones de carbono actuales en los EEUU.

 

Fuente: Lei Hu, Stephen A. Montzka et al. Considerable contribution of the Montreal Protocol to declining greenhouse gas emissions from the United States. Geophysical Research Letters. 2017.

 

Fotografía: Patrick Cullis/NOAA-CIRES

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