¿Es éste un buen momento para hablar sobre el cambio climático?

Traducido por Brenda Moreno Espinosa

Experimentar eventos climáticos extremos, puede aumentar las posibilidades de que la gente apoye modestamente gestiones políticas para ayudar a las comunidades a adaptarse al cambio climático, según una investigación publicada en la edición de septiembre de Cambio Ambiental Global. El efecto en la actitud de las personas no sólo es pequeño, sino que dura sólo un mes. Sin embargo, el mundo que se evaluó en el estudio ya no puede ser el que estamos viviendo.

Los investigadores analizaron las respuestas de 2500 personas dentro del estudio Cooperative Congressional Election del 2014, una encuesta en línea realizada cada otoño. Se les preguntó a los participantes sobre sus puntos de vista generales acerca de la adaptación al cambio climático, es decir, medidas para disminuir el daño o aprovechar las oportunidades asociadas con el cambio climático. La encuesta también cuestionó el apoyo a políticas de adaptación específicas como: códigos de construcción para hacer el desarrollo costero resistente a las inundaciones y al aumento del nivel del mar; restricciones residenciales de agua para hacer frente a las sequías; y requisitos en zonas filtrables en áreas residenciales con el fin de ayudar al control de aguas pluviales.

La encuesta capturó información sobre cuándo y dónde contestó cada persona. Esto permitió a los investigadores determinar cuántos eventos meteorológicos extremos ocurrieron en el área de cada participante en el último mes, al hacer una referencia cruzada con la información de la base de datos “Elementos de Tormenta”  del Servicio Meteorológico Nacional de los Estados Unidos. Esta base de datos rastrea todo tipo de fenómenos meteorológicos severos e inusuales. No obstante,  el análisis se centró en el tiempo previsto para convertirse en más frecuentes y severos con el cambio climático, como las olas de calor, las sequías, las inundaciones, las tormentas tropicales, oleaje alto u oleaje de tormenta provocado por el aumento del nivel del mar.

Los investigadores encontraron que, en general, las personas que habían experimentado recientemente más eventos climáticos extremos, tenían más probabilidades de apoyar la adaptación al cambio climático en general, así como apoyar medidas de adaptación específicas.

Sin embargo, el efecto es relativamente pequeño. Experimentar un fenómeno climático extremo tiene un impacto menor en la opinión de una persona sobre la adaptación al cambio climático que su visión general del mismo, como características demográficas, puntos de vista políticos o identificación partidista.

Los investigadores también observaron fenómenos meteorológicos extremos con períodos de duración más largos, hasta 24 meses. Pero sólo los eventos meteorológicos experimentados en el último mes aumentan el apoyo a la adaptación. “Esto sugiere que, el efecto del clima severo en la opinión pública en cuanto a los méritos de la adaptación al clima, es transitorio”, mencionan los investigadores.

Sólo el 2% de las personas en la encuesta había experimentado más de dos eventos meteorológicos extremos durante el mes anterior, por lo que el tamaño de la prueba para juzgar el impacto acumulativo de un mayor número de eventos era bastante pequeño. Así mismo, los investigadores sólo observaron cómo la frecuencia del clima extremo afecta las actitudes, no la severidad. Sin embargo, los eventos meteorológicos más extremos pueden afectar la psicología de las personas durante un período más largo. De hecho, los investigadores sugieren que el hallazgo de un mayor apoyo climático para las restricciones en el desarrollo costero, puede ser debido a los recuerdos del huracán Irene en 2011 y Sandy en 2012. Además, la cobertura mediática de las tormentas más extremas, puede resultar en una  modificación a las percepciones de la gente fuera de su alcance geográfico inmediato.

Lo que nos lleva al mes de agosto del 2017, en el que se ha visto la peor tormenta en la historia de Estados Unidos con el huracán Harvey, el ciclón más poderoso del Atlántico registrado con el huracán Irma, una crisis humanitaria extrema que se desató en Puerto Rico tras el huracán María , miles de muertos por inundaciones y deslizamientos de tierra en toda África y el sur de Asia y el humo de la peor época de incendios forestales en casi 60 años, ahogando franjas del oeste americano, llegando hasta Europa.

Los científicos dicen que, es probable que el cambio climático exacerbe el impacto de algunos de estos eventos y algunos líderes han hablado de la necesidad de hablar sobre el cambio climático en relación con estos desastres. (Otros han calificado tales declaraciones de “insensibles“, tal vez un reconocimiento implícito de lo poderoso que podría ser una conversación sobre el cambio climático en este momento).

Resulta llamativo que, el estudio sobre el Cambio Ambiental Global examinara la actitud de la gente hacia la adaptación al cambio climático, en lugar de la mitigación y esfuerzos para reducir las emisiones de carbono y limitar los efectos del cambio climático en primer lugar; porque hay evidencia de que las personas son más propensas a apoyar medidas de adaptación, ya que es más fácil conectar una acción con beneficios para un mismo lugar. Sin embargo, la magnitud de los desastres meteorológicos del mes pasado pone de manifiesto que la adaptación no es una respuesta suficiente al desafío que enfrentamos.

Es como si las suposiciones subyacerán a la investigación, como si los pilotes de apoyo de un muelle hubiesen sido arrastrados por los acontecimientos del mes pasado. ¿Puede nuestro estudio del cambio climático mantenerse al día con la velocidad a la que nuestro mundo está siendo alterado?

Fuente: Ray A et al. “Exposición extrema al clima y apoyo para la adaptación al cambio climático“. Cambio Ambiental Global. 2017

Imagen: Huracán Harvey 2017. Foto del Guardia Nacional Aéreo, por el Sargento Mayor Sgt. Robert Shelley

Share This Article