Traducido por Brenda Moreno Espinosa
Los lectores con inclinaciones científicas pueden estar familiarizados con el término “deuda de extinción”, que se refiere a poblaciones de animales que aún existen pero que están disminuyendo y se espera que desaparezcan. Una frase menos conocida pero más feliz: “crédito de especies”, se refiere a zonas que no albergan poblaciones actualmente, pero probablemente lo harán en el futuro cercano.
Un exceso inesperado de créditos de especies podría encontrarse en los bosques tropicales de segundo crecimiento: los sucios y fragmentados sucesores de los bosques que alguna vez estuvieron intactos. Talados y dejados crecer nuevamente, ahora representan hasta la mitad de los bosques tropicales restantes. Son “uno de los hábitats más comunes en la región”, dice el conservacionista Steven Latta del Aviario Nacional, sin embargo, “rara vez se estudian y tal vez nunca se monitoreen a largo plazo”.
En un estudio publicado en PeerJ, Latta y sus colegas describen su propio recuento de aves durante una década en tres fragmentos de bosque secundario en Costa Rica. Al comienzo del estudio en 2005, los bosques estaban habitados principalmente por el conjunto habitual de especies generalistas amantes de las orillas que se adaptan con mayor facilidad a las zonas de perturbación. Al final del estudio en 2015, muchas especies que típicamente requieren bosque primario intacto, habían regresado y estaban prosperando.
“Los cambios en la comunidad aviar hacia las especies forestales primarias representan un crédito de especie”, algo que no suele ser apreciado, escribieron los investigadores. “Sugerimos que la regeneración natural y la maduración de los bosques secundarios se reconozca como un desarrollo de conservación positivo con un potencial beneficio”.
Lo cual no quiere decir que la deforestación sea aceptable porque los árboles y algunas aves regresan. Eso, dice Latta enfáticamente, no es el punto. Por el contrario, los resultados de su equipo enfatizan la importancia de proteger los bosques restantes no perturbados: uno de ellos probablemente proporcionó poblaciones de origen para las especies de este estudio que regresaron. Los bolsillos remanentes del bosque pueden ser una “red de seguridad” para los bosques secundarios cercanos, dicen los investigadores.
Los hallazgos también apuntan a la importancia potencial de la conservación de los bosques secundarios. Mayormente ignorados en la actualidad, los cuales podrían convertirse en un valioso hábitat, especialmente para las aves migratorias. En cuanto a si los créditos de especies podrían existir para otros grupos de animales, como mamíferos, reptiles y anfibios, eso permanece desconocido. Las criaturas que se mueven lentamente y se reproducen lentamente probablemente tarden más en regresar y, aún más que las aves, requieren corredores de hábitat intactos. “Esta sería una excelente oportunidad para seguir estudiando el tema”, dice Latta.
Fuente: Latta et al. “El monitoreo a largo plazo revela un crédito de especies aviares en los segmentos de bosques secundarios de Costa Rica”. PeerJ, 2017.
Imagen: Ltshears