Traducido por María Fernanda Enríquez
Si el ganado, aves, pescado y mariscos no fueran criados en las Estados Unidos, las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas con el sistema agrícola del país se reducirían un 28%. Pero las dietas de las personas probablemente serían más pobres, de acuerdo a un análisis publicado el 13 de noviembre en Proceedings of the National Academy of Sciences.
La comida animal, especialmente aquellas de rumiantes como vacas y ovejas, se conoce que tienen un gran impacto en la emisión de gases de efecto invernadero. El consumo alto de alimentos como la carne roja está también asociada a enfermedades cardiovasculares y otras condiciones crónicas.
Estas conexiones han impulsado a muchos investigadores a estudiar las consecuencias de comer menos carne, adoptar el vegetarianismo o dietas veganas para la salud y el ambiente.
En el nuevo estudio, Robin White de Virginia Tech University y Mary Beth Hall del Servicio de Investigación de Agricultura del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos han adoptado un enfoque que es extremo y simple: que sucedería si moviéramos una varita mágica y– *desapareceríamos* – todos los animales del sistema agrícola de los Estados Unidos.
Actualmente, los animales son responsables del 49% de la emisión de gases de efecto invernadero del sistema agrícola de Estados Unidos. Sin embargo, deshacernos de los animales no ahorrarían todas esas emisiones. Esto se debe a que deberíamos manufacturar billones de libras de nitrógeno, fósforo, potasio y fertilizantes de azufre para reemplazar el abono producido actualmente por el ganado. Además, el ganado come nuestros desperdicios – lo que significa, 43 billones de kilogramos de productos alimenticios, fibra, producción de biocombustible que de otra forma tendríamos que quemar o desechar.
Una vez considerados estos factores, los investigadores calcularon, que deshacerse de los animales reduciría las emisiones del sistema agrícola de Estados Unidos en un 28%. Esto significa 2.6% de todas las emisiones de Estados Unidos.
Los investigadores también calcularon la cantidad de 39 nutrientes esenciales que los Estados Unidos podría producir en ausencia de animales. Su modelo sugiere que un sistema agrícola basados en plantas totalmente rendiría una gran cantidad de alimentos menos nutritivos que el sistema actual.
Remover a los animales del sistema agrícola de Estados Unidos incrementaría la cantidad de comida disponible para los humanos en un 23%. Como la dieta actual de Estados Unidos, la nueva dieta basada en plantas brindaría más proteínas y más calorías de lo que la gente necesita.
En realidad, el exceso de calorías sería aún mayor bajo un sistema agrícola basado en plantas. Y la gente tendría que comer un mayor volumen de comida para cubrir sus necesidades nutricionales.
Aún más, sin comida derivada de los animales, la población de Estados Unidos enfrentaría deficiencias de calcio, Vitaminas A y B12, y ácidos grasos como DHA y ARA (así como también Vitaminas D, E, y K que ya son inadecuadas en dietas actuales).
Básicamente, los investigadores argumentan que las dietas veganas no escalan. En verdad, individuos veganos pueden comer una dieta nutritivamente sana, “pero esto puede ser un desafío de alcanzar en la práctica para toda la población,” según los investigadores. Ellos mantienen que los estudios necesitan tomar en cuenta vitaminas y minerales y no solo calorías y proteínas cuando se evalúan las dietas potenciales del futuro.
Sin embargo, estas conclusiones son probablemente modeladas por el estudio de algoritmos y supuestos. Por ejemplo, los investigadores asumieron que, en ausencia de animales de ganadería, los cultivos que actualmente alimentan al ganado servirían para alimentar a los humanos. Y tierras cultivadas actualmente ocupadas por animales o usadas para producción de heno serian plantadas con cultivos en la misma proporción que el sistema agrícola actual. El resultado: Mas maíz y soya para los humanos.
Esos supuestos son justificables, pero no son inevitables. “Lo que los granjeros cultivan actualmente depende no solamente de las características del suelo y el clima, pero también son importantes los incentivos económicos,” dice Marco Springmann, un becario de investigación de la Universidad de Oxford. “Alinearse con los objetivos de un sistema alimenticio saludable y sostenible será clave para combatir el cambio climático y para reducir enfermedades crónicas relacionadas con la dieta.”
Springmann fue el autor principal de un estudio publicado el año pasado que encontró que la adopción de dietas veganas podría contribuir sustancialmente al combate del cambio climático, y producir una mejor salud – un panorama mucho más esperanzador de un mundo vegano.
Los dos estudios difieren en sus marcos de referencia geográficos (global vs. Estados Unidos) y temporal (2050 vs. emisiones actuales), los resultados de salud que abordan (el peso de enfermedades crónicas versus una nutrición adecuada) y como evalúan las dietas (grupos de alimentos vs. nutrientes).
“En general estas diferencias en las conclusiones entre los estudios señalan el hecho que debemos considerar una variedad mayor de parámetros en nuestros estudios que evalúan como alimentar la creciente población global,” según Robin White. En otras palabras, cuando consideramos como vamos a alimentar a la gente en el futuro, debemos considerar no solo los alimentos que la gente debería comer, pero como los produciremos. Y necesitamos tomar en cuenta la emisión gases de efecto invernadero que el ganado nos ayuda a resolver, además de los que crea.
Fuente: White R.R. and M.B. Hall “Nutritional and greenhouse gas impacts of removing animals from US agriculture.” Proceedings of the National Academy of Sciences. 2017.
Imagen: 1200 vía Flickr.