Traducido por Brenda Moreno Espinosa
Un nuevo estudio que combina un método establecido para predecir el aumento del nivel del mar con ideas recientes sobre la dinámica de la capa de hielo antártica, sugiere que la ruptura de estas capas en un mundo en calentamiento conducirá a un mayor aumento del nivel del mar, tal como se había predicho previamente. Pero no tendremos una idea clara de cuánto aumentarán las aguas durante unas pocas décadas.
Los esfuerzos realizados en el pasado para predecir el aumento del nivel del mar suponían que la pérdida de las capas de hielo antárticas se produciría de manera relativamente suave y lineal. Pero una investigación publicada el año pasado sugiere que éste no es siempre el caso: grandes franjas de capa de hielo pueden desaparecer bastante rápido. El agua tibia del océano que corre por debajo y el agua de deshielo que gotea en grietas desde arriba, pueden romper las plataformas flotantes de hielo por medio de los bordes, un proceso llamado hidrofracturación. Esto expone acantilados de hielo masivos que son propensos al colapso, acelerando la ruptura del hielo.
“Las plataformas de hielo son la clave”, dice el miembro del equipo de estudio Robert DeConto, climatólogo de la Universidad de Massachusetts en Amherst. “Éstas retenían el flujo de hielo antártico hacia el océano, por lo que no queremos perderlas. El problema es que no duran mucho cuando están asentadas en agua tibia o si están cubiertas con agua de deshielo del verano, por lo que es crítico mantener la temperatura global bajo control”.
El nuevo estudio, que apareció la semana pasada en la revista Earth’s Future, pliega estos conocimientos acerca de la hidrofracturación y la inestabilidad del acantilado de hielo en un modelo establecido de aumento del nivel del mar. Los investigadores, dirigidos por Robert Kopp de la Universidad de Rutgers, calcularon cómo la retirada de las capas de hielo antárticas podría afectar el aumento global del nivel del mar hasta el año 2300, dado los diferentes niveles de emisiones de carbono.
Sus cálculos sugieren que el aumento del nivel del mar será mucho peor de lo que han estimado en estudios previos, especialmente en escenarios de emisiones altas y moderadas. La diferencia se debe en gran parte a la pérdida de las capas de hielo antárticas.
Los investigadores hallaron que el nivel promedio global del mar podría aumentar más de dos metros para el año 2100 con altas emisiones de carbono continuas, y más de un metro y medio con emisiones moderadas. La medida de las predicciones del aumento del nivel del mar, utilizando la nueva metodología, tiende a corresponder con los escenarios extremos del peor caso encontrados en un análisis previo muy respetado.
No obstante, mantener las emisiones de carbono bajo control podría evitar que la desintegración catastrófica de las capas de hielo antárticas inunde el resto del planeta. Las estimaciones del nuevo estudio sobre el aumento del nivel del mar en un escenario de bajas emisiones, son similares a las de los análisis anteriores. Lo cual es una gran noticia, porque sugiere que la mitigación del cambio climático, es decir, el control de las emisiones de carbono, podría ser incluso más beneficiosa de lo que se pensaba.
Sin embargo, la imagen no es tan optimista en lo que respecta a la adaptación al cambio climático, es decir, los esfuerzos para cambiar dónde y cómo vivimos de acuerdo con nuestras expectativas sobre el clima y el nivel del mar en el futuro. Eso se debe a que en el nuevo modelo, los efectos de la pérdida de la capa de hielo de la Antártida no aparecen realmente, sino hasta después de 2050.
Por lo tanto, no hay mucha correlación entre el aumento del nivel del mar en las primeras décadas del siglo XXI y el aumento del nivel del mar al final del siglo. Encontrar que parece que estamos en una trayectoria de aumento moderado del nivel del mar en un futuro próximo, no excluye la posibilidad de un aumento extremo más adelante.
“Hay mucha ambigüedad en las proyecciones posteriores al 2050 sobre el aumento del nivel del mar y es posible que tengamos que vivir con eso por un tiempo”, dice Kopp. “Podríamos terminar con 8 pies de aumento del nivel del mar en 2100, pero no es probable que tengamos pruebas claras de eso para 2050”.
El nuevo estudio fue publicado la semana pasada, casualmente en el 730 aniversario de la inundación de Santa Lucía, una marejada ciclónica que mató a 80,000 personas en el norte de Alemania y Holanda en 1287. La inundación, una de las 10 más mortíferas de la historia, debió haber sido aterradora en su brusquedad. Desde nuestra perspectiva moderna, es tentador consolarnos con el pensamiento de que, al menos, tendemos a prevenir sobre dichos eventos y podamos salir del peligro.
Sin embargo, el nuevo estudio sugiere que tal vez no tengamos esa advertencia cuando se trata del aumento del nivel del mar. Algunas décadas son casi instantáneas desde la perspectiva de la infraestructura humana: cuando sepamos cuántos pies de agua están llegando, tal vez no haya tiempo suficiente para que nos adaptemos.
Los investigadores sugieren lo que Kopp llama un “enfoque flexible” para el aumento del nivel del mar: “construir de medio pie a 1.3 pies de altura sobre el nivel del mar, parece más probable para 2050, mientras se trazan opciones que dependerán de lo que aprendamos en las próximas décadas y cómo el nivel del mar se eleve más allá de lo previsto”. Ese es un enfoque eminentemente sensato. El problema es que, hasta ahora, los humanos hemos demostrado que somos terribles en este tipo de pensamiento.
Fuente: Kopp R.E. et al. “La comprensión en evolución de la física de la capa de hielo antártica y la ambigüedad en las proyecciones probabilísticas del nivel del mar”. Earth’s Future. 2017.
Imagen: Escultura subacuática de Jason de Caires Taylor. Situado cerca de Cancún, México. Catálogo de buceo a través de Flickr.