Cada propietario de vivienda es un guardabosque

Traducido por María Fernanda Enríquez

Los arboles de las ciudades tienen inmensos beneficios para la biodiversidad, la salud mental y física de los habitantes de la ciudad y efectos mitigantes para el cambio climático.  Pero es difícil saber cómo maximizar esos beneficios porque los bosques urbanos se volvieron un ecosistema de supervivencia, la suma total de innumerables decisiones individuales de siembra de los propietarios de viviendas, constructores, y silvicultores de la ciudad. No se conoce mucho sobre lo que conduce a esas decisiones, de manera que para volver a los bosques urbanos más sostenibles y biodiversos, debemos saber más sobre cómo se formaron.

Los investigadores de University of Utah, Utah State University, y University of Delaware se hicieron esta pregunta estudiando los árboles en el área metropolitana de Salt Lake City, un ambiente árido, sin árboles, donde la mayoría de árboles de la ciudad han sido deliberadamente plantados.

Los investigadores analizaron las especies y características de árboles plantados en nuevos barrios diferentes y los árboles en venta en 6 viveros populares en la región, cerca de 15,000 árboles en total.  También hicieron encuestas a los residentes del barrio sobre sus deseos y proceso de toma de decisión cuando se refiere a los arboles del jardín.

Los diferentes barrios tienen comunidades de árboles distintas, según los investigadores reportaron en el periódico Ecological Monographs.  Los propietarios de viviendas pueden influenciar las decisiones de siembra de otros, lo que lleva a una estética única en el barrio.  Además, según los investigadores “las características de los árboles difieren a través de los barrios de varios años, lo que sugiere que hay una disponibilidad y preferencia de árboles diferentes a través del tiempo.”

En general, los barrios más adinerados tienen una mayor número y mayor diversidad de árboles en los jardines comparado con las áreas menos afluentes.  Los residentes de barrios ricos estuvieron más dispuestos a comprar en los viveros locales, que según los investigadores encontraron ofrecen más variedades de árboles (219) que lo que ofrecen las grandes franquicias (80).  Esto puede explicar el “efecto de lujo” de mayor diversidad en áreas afluentes, que también se ha encontrado en otros estudios.

La mayoría de árboles en la ciudad vienen de viveros, y la mayoría de especies de árboles plantados en los barrios también estuvieron disponibles para la venta en los viveros.  Según los investigadores, “en general, hubo una estrecha correlación entre la abundancia de especies de árboles observadas en las calles y jardines y la abundancia de árboles encontradas en las tiendas.” Probablemente los consumidores compran los que hay disponible en los viveros, pero también indican a los viveros lo que les interesa.  El rol de los viveros en configurar el ensamblaje de los bosques urbanos necesita más estudio, según opinan los investigadores.

Los investigadores identificaron más especies de árboles plantados en los jardines de las viviendas (132) que los plantados en bandas de parqueo y fajas centrales (62).   Las calles estuvieron dominadas por relativamente pocas especies, mientras que la abundancia de árboles en los jardines estuvo mejor distribuida a través de especies.  Los propietarios de vivienda quienes plantaron árboles en sus jardines podrían tener diferentes objetivos y prioridades que los constructores y silvicultores de la ciudad quienes deciden sobre los árboles, señalaron los investigadores.

Las respuestas a las encuestas revelaron que los residentes escogen árboles para sus jardines según el tamaño, facilidad en el mantenimiento y belleza.  Tienden a evitar especies que demandan mucha agua, pueden dañar las aceras con sus raíces y arrojar escombros.  Los arces fueron los arboles más populares que se identificaron en la encuesta y fueron también los más numerosos en viveros y jardines.

Los resultados sugieren que cuando los ecologistas sugieren qué especies de árboles contribuirán a la sostenibilidad urbana y biodiversidad, necesitan tomar en cuenta los atributos que los residentes valoran, así como también lo que hay disponible en los viveros.  Los investigadores esperan que su estudio les ayude en esta tarea.

“Tendremos una mejor comprensión de lo que la gente quiere,” dice la autora principal Meghan Avolio, quien fue investigadora de postdoctorado en University of Utah y es actualmente profesora en Johns Hopkins University, “y cuando tengamos esa información, podemos sugerir árboles que serán más sostenibles – usan menos agua, desprenden menos polen – siempre y cuando tengan atributos que la gente valora.”

Fuente: Avolio M.L. et al. Biodiverse cities: the nursery industry, homeowners, and neighborhood differences drive urban tree composition.” Ecological Monographs. 2018.

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