¿La forma más amigable con el ambiente para estar saludable? Coma fruta y vegetales ‘feos’

Traducido por María Fernanda Enríquez

Dietas saludables ricas en fruta y vegetales están asociadas con mayores cantidades de desperdicio, según un nuevo estudio – lo cual contradice la idea que una dieta basada en plantas es sin duda mejor para el planeta.

El estudio PLOS One propone examinar la relación entre la calidad de la dieta y el impacto ambiental en Estados Unidos – algo que no se ha hecho antes.  Los investigadores encontraron que en general, los consumidores en Estados Unidos desechan en promedio una libra de comida al día, siendo las frutas y vegetales los que son más desperdiciados:  estos alimentos representaron el 40% del desperdicio, seguido de lácteos, carne y granos.

El predominio de desperdicio de frutas y vegetales probablemente se debe a lo rápido que madura y se echa a perder, y otros factores complejos de consumo como el rechazo a productos deformes, golpeados o dañados.  El estudio encontró que dietas más saludables ricas en productos frescos estaban asociadas con mayor uso de agua y pesticidas que las dietas con menos fruta y vegetales –  señalando el uso intensivo de recursos en agricultura.

A pesar de que las dietas más saludables ocupan comparativamente menos tierra que las dietas de menor calidad con menos productos frescos, las pérdidas de fruta y vegetales también significan un mayor desperdicio de la tierra en general, según los investigadores.  El desperdicio de la fruta en particular significó más del 60% del área de tierra dedicada a la producción de fruta en Estados Unidos.  Para los vegetales, esta cifra fue del 50% – lo cual convierte a la dieta basada en plantas en una de las más ineficientes en términos de uso de la tierra.

En general, el estudio muestra que 30 millones de hectáreas de tierra se usan anualmente para cultivar toda la comida que se desperdicia en USA, una cifra que significa siete por ciento de la tierra cultivable del país.  Asombrosamente 4.2 trillones de galones de agua fue regado en tierra de cultivo de alimentos que terminaron en la basura.  Y 1.8 billones de libras de fertilizante y 780 millones de libras de pesticida fue usado en tierras que se desperdiciaron – con granjas frutales que usaron el mayor porcentaje de los pesticidas desperdiciados.  Colectivamente, toda esta comida desperdiciada significó casi un tercio del consumo de calorías promedio diarias en los Estados Unidos – lo cual revela cuanta comida estaría disponible si fuera rescatada de los contenedores.

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Para realizar estas estimaciones, los investigadores combinaron bases de datos de Estados Unidos respecto a desperdicio de comida por habitante en ese país, consumo de alimentos y calidad de la dieta.  Después lo conectaron a un modelo que simuló la cantidad de tierra, agua, fertilizante y pesticidas que sería utilizado para generar esta producción desperdiciada.

Los resultados sugieren que mientras la carne recibe una mala reputación por su huella ambiental, podríamos estar despreocupadamente pasando por alto el impacto de las dietas vegetales.  Sin pretender demonizar la comida saludable, los investigadores más bien sugieren que encontremos soluciones que orientan la dieta saludable a la prevención del desperdicio.

Por suerte, varias innovaciones sorprendentes están tratando de alcanzar este objetivo – fechas de expiración más precisas en la comida, mejores técnicas de refrigeración y aún sensores que detectan cuando el producto está maduro.  ¿Cuál es el rol de los consumidores en todo esto?  Ver la belleza en la fealdad de una fruta y un vegetal.

Fuente: Conrad, et al. “Relationship between food waste, diet quality, and environmental sustainability.” PLOS One. 2018.

Imagen: Pete via Flickr

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