Traducido por María Fernanda Enríquez
La quema de combustibles fósiles no es la única característica de la era industrial, especialmente el comienzo de la revolución industrial en la última mitad del Siglo 19. La industrialización también ha significado rápida deforestación. Esta pérdida de cubierta forestal ha contribuido a una mayor fracción de cambio climático especialmente en América del Norte y Eurasia, según un análisis publicado el 23 de abril en Nature Climate Change.
Cuando se tala un bosque, el carbono guardado en la madera se libera, lo cual incrementa la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera. La pérdida de tierra de bosques también significa la pérdida de un sumidero de carbono – de manera que además de mayor carbono entrando en la atmosfera, se absorbe menos también.
La deforestación también tiene efectos físicos que pueden tener un impacto en el clima, especialmente local. La pérdida de cubierta vegetal, por ejemplo, cambia la cantidad de luz que la tierra refleja y cuánta agua de vapor fresca es emitida por las plantas en la atmósfera.
Algunos modelos previos han producido resultados inconsistentes sobre el hecho de que la deforestación probablemente incrementa o disminuye las temperaturas. Esto es importante no solo para el cambio climático – determinar como distribuir las causas del calentamiento reciente – pero también ayudar a predecir los efectos de plantar nuevos bosques en el futuro, lo que es comúnmente sugerido como una estrategia para luchar contra el cambio climático.
En el nuevo estudio, los investigadores usaron observaciones de temperaturas actuales en áreas vecinas con diferentes tasas de deforestación para ayudar a calibrar los modelos de clima en computadora. Esto les ayudó a reconstruir los efectos de la deforestación bajo calor extremo en una forma más sofisticada que lo que se había hecho en el pasado, según explicaron.
Su análisis muestra que la deforestación ha aumentado la temperatura máxima anual en varias áreas del planeta desde el comienzo de la Revolución Industrial. El efecto es aún mayor en partes de América del Norte y Eurasia. Allí, las áreas que han experimentado deforestación moderada son 0.3 °C más calientes. Lo máximo que la deforestación ha producido es 1.0 °C de aumento en el calor en algunas áreas de las Grandes Planicies.
Los investigadores calculan que, en América del Norte y Eurasia, cada 10% de disminución en la cubierta de árboles lleva a un incremento de 0.12 °C en la temperatura máxima anual.
Casi todo el calentamiento que se observa en estas regiones hasta 1920 se debió a la deforestación. Por supuesto, mientras el siglo 20 continúa, la deforestación ha disminuido y las emisiones de gases de efecto invernadero se han acelerado, lo que ha incrementado las proporciones de calentamiento debido a los gases de efecto invernadero. Aún cuando se tome en cuenta los efectos de los cambios físicos en el entorno y la liberación de dióxido de carbono, la deforestación es responsable de cerca de la mitad del aumento en las temperaturas máximas hasta el año 2000.
Las buenas noticias, sin embargo, son que, si la deforestación incrementa la intensidad de las olas de calor, entonces más arboles probablemente ayudarán a reducir el calor extremo, contribuyendo con la estrategia de plantar más árboles para combatir el cambio climático. Los efectos en la temperatura podrían ser en su mayoría locales – pero en este punto se necesita toda la ayuda que sea posible.
Fuente : Lejeune Q. et al. “Historical deforestation locally increased the intensity of hot days in northern mid-latitudes.” Nature Climate Change. 2018.