La sed de China por la leche podría incrementar en un tercio las emisiones globales a causa del ganado

Traducido por María Fernanda Enríquez

El consumo de leche en China se incrementará tres veces para el 2050, según un estudio en Global Change Biology—un gran cambio que podría incrementar la emisión de gases de efecto invernadero por ganado en más de un tercio.  Pero esto no es inevitable:  si el país toma medidas para mejorar su sector lácteo, sus impactos ambientales podrían variar.

Globalmente, el consumo de leche va en aumento, e incrementará en un 60% en las próximas tres décadas.  Esto se debe en gran parte a China que es el país más poblado en el mundo y su creciente apetito por la leche.  Los investigadores predicen que para 2050, China consumirá un promedio de 82 kilogramos de leche por persona anualmente en relación con solo 2 kilogramos en 1961.  El impacto de este incremento podría desplegarse en múltiples formas, dependiendo de la trayectoria de producción de leche que China siga.

Quedarse con un enfoque de negocio en el cual los requerimientos extras en China se obtienen de producción doméstica e importaciones del exterior – sería lo más perjudicial para el planeta.  Bajo este escenario las emisiones de gases de efecto invernadero por el ganado incrementaría 35% y el uso global de la tierra incrementaría un 32% de 84 a 111 millones de hectáreas. Esto también viene con un 77% de incremento en uso de agua y 48% de aumento en polución con nitrógeno – en parte debido a la mayor necesidad de cultivar soya y maíz para alimento.

Este resultado nefasto no es la única opción. China también podría escoger producir la leche extra que necesita en su país.  Pero las presiones existentes en la tierra forzarían al país a importar toneladas de alimento internacional para saciar el gran apetito del creciente número de ganado.  Esto simplemente cambia la carga ambiental de más agua, tierra, polución por nitrógeno a otros países, según los investigadores.  De forma similar, si China depende completamente de importaciones globales para cubrir su deseo de leche, la producción de lácteos en otros países comenzara a competir por tierra con otros tipos de producción alimenticia: en regiones que producen lácteos como Nueva Zelanda y Europa, el uso de la tierra podría incrementar en 57% y 39% respectivamente. 

Bajo cualquier escenario, la demanda de leche en China tendrá efectos nefastos para el planeta, según los investigadores. Pero, hay forma de limitar el alcance de este impacto.

Si China se vuelve un centro de innovación sostenible para producción de lácteos, y adapta su producción de leche a los más altos estándares globales de sostenibilidad, podría reducir la emisión de gases de efecto invernadero por producción de leche en un 12% y de uso de la tierra en un 30%.  Esto requeriría, por ejemplo, que China mejore su manejo del estiércol, que es una fuente mayor de gases de efecto invernadero.  El país necesitaría también invertir en nutrición animal para asegurar la producción más eficiente de leche usando la menor cantidad posible de tierra.  “La opción óptima es producir la leche adicional que necesita China con tecnología mejorada,” según los investigadores. 

China es hoy en día el líder mundial en importación de leche, así como también el cuarto productor más grande – a pesar de su larga historia de dietas sin lácteos.  Con el aumento de la globalización el deseo por la leche está en aumento en China, en parte debido a una política y plan nacional de salud que empuja el consumo de leche. 

Para estimar el impacto  de esta sed creciente, los investigadores reunieron datos del actual consumo y el consumo proyectado de leche y después aplicaron el enfoque llamado Nexus Approach, que mapea las interdependencias entre recursos ambientales para medir el impacto de un producto.  Esto reveló los impactos ambientales variados e interconectados respecto al consumo de leche bajo diferentes escenarios. 

Aún bajo el mejor escenario de producción de lácteos en China, la emisión de gases de efecto invernadero por el ganado aumentará en 19% según los investigadores.  De manera que a menos que se pueda disuadir al planeta y su creciente población sobre el consumo de leche, un balance pragmático es lo que se necesita para alcanzar nuestra necesidad futura de lácteos, de forma sostenible.  

Fuente: Bai et. al. “Global environmental costs of China’s thirst for milk.” Global Change Biology. 2018.

Imagen: International Forum Design

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