¿Cómo las viviendas de alto rendimiento energético pueden incrementar las emisiones de carbono?

Traducido por María Fernanda Enríquez

Los gobiernos de las ciudades están adoptando códigos de construcción de alto rendimiento energético en un esfuerzo para disminuir sus emisiones locales de carbono.  Y suena lógico que unas viviendas construidas con la última tecnología de ahorro de energía serían mejores para el ambiente que viviendas viejas mal selladas.  Sin embargo, el reemplazo de viviendas viejas con nuevas puede resultar en más emisiones de carbono que no hacer nada.  Un estudio de viviendas en Vancouver, Canadá publicado en el periódico Energy & Buildings muestra por qué.

Hay dos componentes en las emisiones de carbono asociadas con cualquier vivienda.  Emisiones incorporadas son aquellas asociadas con la manufactura, transporte, y montaje de los materiales con los que se construye la vivienda.  Emisiones operativas están asociadas con el funcionamiento de la vivienda:  calefacción, refrigeración, iluminación, uso de electrodomésticos, etc.

En general, los códigos de construcción ecológicos solo se enfocan en las emisiones operativas.  Esto tiene sentido si consideramos que históricamente la mayoría de las emisiones de carbono en el ciclo de vida de una vivienda vienen de emisiones operativas.  Pero mientras las viviendas mejoran su rendimiento energético, las emisiones incorporadas se están volviendo una parte más importante.  Y en la práctica, los esfuerzos para reducir las emisiones operativas pueden incrementarlas – añadiendo aislante para reducir la calefacción y necesidades de refrigeración, por ejemplo.

Los investigadores de la Universidad de British Columbia y Mountain Math Software & Analytics hicieron algunos cálculos respecto a estas concesiones.  Reunieron datos de servicios locales y bases de datos del gobierno para determinar las emisiones operativas típicas para residencias unifamiliares existentes en Vancouver.  La información de emisiones incorporadas se basó en análisis de ciclos de vida de construcciones residenciales publicadas previamente.

Usaron estos datos para calcular el “período de recuperación” de las viviendas nuevas – el número de años que lleva a una vivienda nueva compensar por la deuda de carbono asociada con su construcción a través de una reducción en sus emisiones operativas.

Este análisis reveló que tomaría en promedio 168 años para una vivienda de alto rendimiento energético construida en Vancouver hoy en día “recuperar” sus emisiones incorporadas.

Este promedio toma en cuenta la distribución de edad de las actuales viviendas en Vancouver.  A nivel de las viviendas individuales, hay mucha variación.  Las viviendas más viejas tienden a tener emisiones operativas mayores, de manera que mientras más vieja es la vivienda que es reemplazada, más corto es el periodo de recuperación.

Los períodos de recuperación también disminuirán en el futuro cuando los códigos de construcción de Vancouver se vuelvan más estrictos.  El promedio del período de recuperación baja a 29 años después del 2025, cuando el Plan de Construcción de Cero Emisiones en la ciudad obligue a que las nuevas viviendas unifamiliares tengan cero en emisiones operativas.  Sin embargo, algunos expertos cuestionan si el plan de la ciudad es realista.

En cualquier caso, es probable que muchas viviendas nuevas o recientemente construidas serán derribadas y reconstruidas otra vez antes de saldar su deuda por emisiones incorporadas. En el mercado actual de bienes raíces de Vancouver, el ciclo de desmontaje es intenso.  Entre 1985 y 2017, 40% de las viviendas en las áreas residenciales de la ciudad fueron reconstruidas.

“El ciclo de desmontaje evita que muchas viviendas unifamiliares sobrevivan lo suficiente para ‘saldar’ los impactos ambientales iniciales causados por los materiales de construcción,” según expresó en un comunicado de prensa el autor principal Joseph Dahmen, quien es profesor de arquitectura y arquitectura paisajística.

Dahmen y sus colaboradores calcularon que el desmontaje añadirá 1.3 a 2.8 millones de toneladas métricas de emisiones de carbono al libro de cuentas de la ciudad entre 2017 y 2050.  Esas son emisiones de gases de efecto invernadero que no ocurrirían si dejáramos las viviendas tal como están actualmente y continuáramos viviendo en ellas.

La cantidad exacta de exceso de emisiones depende de cuan rápido el valor de la propiedad aumenta.  Cada 1% de aumento a la tasa anual de crecimiento de la propiedad se traduce en 150,000 toneladas métricas de dióxido de carbono emitidas hasta el 2050.

“Los resultados muestran que, a nivel del terreno individual y la ciudad, los beneficios ambientales de derribar y reemplazar aún una construcción de bajo rendimiento son cuestionables en Vancouver,” según los investigadores.

Los cálculos podrían ser diferentes en otras ciudades.  Vancouver obtiene mucha de su electricidad de energía hidráulica, lo que genera mínimas emisiones de carbono.  Eso reduce las emisiones operativas para las viviendas actuales y por lo tanto aumenta el periodo de recuperación.  En ciudades donde la electricidad está basada en carbón, o donde un clima más severo demanda más energía para calefacción o refrigeración, el reemplazar las viviendas viejas con otras de alto rendimiento energético podría ser más ventajoso.

Aun así, el estudio muestra que las ciudades necesitan ver más allá de los estándares de eficiencia para construcciones nuevas para refrenar las emisiones de carbono de las construcciones.  Vancouver debería diseñar políticas que desalienten derribar y reemplazar viviendas unifamiliares, según los investigadores.  En su lugar, la ciudad debería promover acondicionamientos de las viviendas actuales, lo que puede mejorar la eficiencia energética tanto como construir nuevamente, con un período de recuperación mucho más corto.  La reorganización de algunas áreas residenciales para aumentar la densidad – reemplazando viviendas unifamiliares con viviendas anexadas unas a otras o edificios de apartamentos de baja altura – también ayudaría al disminuir las emisiones per cápita de carbono para los habitantes de la ciudad.

Fuente: Dahmen J. et al. “Teardown Index: Impact of property values on carbon dioxide emissions of single family housing in Vancouver.” Energy & Buildings. 2018.

Imagen: clarkmaxwell vía Flickr.

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