Traducido por María Fernanda Enríquez
El apetito mundial por gas natural está en auge. En los Estados Unidos la producción de gas natural tiene un récord histórico y sigue creciendo aún más. Esto es considerado buenas noticias para el ambiente ya que la quema de gas natural produce cerca de la mitad de dióxido de carbono que produce el carbón.
Sin embargo, un nuevo estudio muestra que el gas natural está lejos de ser una alternativa más limpia que el carbón. Según el reporte publicado en Science, el potente gas de efecto invernadero: metano, el ingrediente principal en gas natural, se ha venido derramando en la cadena de producción de petróleo y gas de Estados Unidos a tasas superiores al 60 por ciento de lo que estimaba el gobierno anteriormente.
El nuevo análisis muestra que cerca de 2.3 por ciento de metano se filtra en el aire en los pozos de petróleo y gas, oleoductos y plantas procesadoras en Estados Unidos. Esto equivale a 13 millones de toneladas métricas por año. La Agencia de Protección Ambiental ha fijado los derrames en 1.4 por ciento.
Estos números que parecen pequeños tienen un gran impacto. El metano es 80 veces más potente que el dióxido de carbono como gas de efecto invernadero en un período de 20 años y los expertos creen que es responsable de un cuarto del calentamiento del planeta hasta ahora. De manera que, en 20 años, el metano derramado tiene un impacto de calentamiento tan importante como las emisiones de dióxido de carbono de todas las centrales térmicas a carbón existentes en Estados Unidos que operan en el 2015, según los autores del estudio.
Para calcular el nuevo número, un equipo de investigación liderado por científicos del Fondo de Defensa Ambienta (EDF en inglés) reunieron datos en el aire y en la tierra. Midieron los niveles de metano en el aire cerca de los pozos de gas natural, tanques de almacenamiento, refinerías y tuberías de distribución bajo tierra. También realizaron muestras aéreas usando cámaras de luz infrarroja para detectar y medir los derrames. Las mediciones fueron realizadas en áreas claves de producción de gas que significaron un tercio de la producción de gas en América.
Los derrames de metano son difíciles de medir con precisión. Los nuevos resultados suponen que los métodos de la EPA para medición de emisiones podrían ser imprecisos u obsoletos. Las muestras aéreas de EDF, por ejemplo, encontraron que un anormal alto porcentaje de derrames se debía a fallas en los equipos y errores de los operadores, en su mayoría de los conductos de ventilación y ventanillas de los tanques de almacenamiento.
Además de dañar el ambiente, los derrames de metano significan un enorme desperdicio de recursos valiosos. La cantidad de gas que se pierde podría dar energía a10 millones de hogares al año y tener un valor de $2 billones, según concluye el estudio.
La buena noticia es que las nuevas tecnologías podrían contribuir con una forma eficiente de arreglar el problema. La Agencia Internacional de Energía estima que la industria de petróleo y gas puede reducir sus emisiones de metano en un 75 por ciento. Cerca de dos tercios de estas reducciones se pueden llevar a cabo sin costo neto.
EDF está haciendo un llamado para una reducción del 45 por ciento de las emisiones de metano para el 2025. Alcanzar este objetivo tendría los mismos beneficios para el ambiente que el cierre de un tercio de las centrales térmicas a carbón del planeta. “Los gobiernos federal y estatal deben tomar acciones – y muchos estados lo están realizando – pero el liderazgo en esta industria es crucial,” según Mark Brownstein, Vicepresidente Senior de EDF.
Fuente: Ramon A. Alvarez et al. Assessment of methane emissions from the U.S. oil and gas supply chain. Science, 2018.
Imagen: giphy