Traducido por Brenda Moreno Espinosa
Según un nuevo estudio realizado en Filadelfia, Pensilvania, convertir los lotes baldíos abandonados en pequeños parques se asocia con la reducción de sentimientos depresivos y la falta de valor entre las personas que viven cerca.
El estudio es la última entrega en un creciente conjunto de investigaciones que documentan los beneficios del espacio verde urbano en la salud mental. Investigaciones anteriores descubrieron que los lotes baldíos, la basura y la falta de vegetación pueden contribuir al estrés y posiblemente a enfermedades mentales como la depresión. Otro trabajo ha demostrado que pasar tiempo en espacios verdes puede reducir la fatiga mental y el estrés.
Lo que es único dentro del nuevo estudio es que los investigadores trataron el espacio verde como un medicamento o vacuna y diseñaron un sondeo controlado aleatorio (el estándar de oro para evaluar los tratamientos de salud) para medir su eficacia. Dicen que es la primera prueba en toda la ciudad de reverdecimiento urbano como una intervención de salud mental.
En el estudio, los investigadores identificaron 541 lotes baldíos en todo Filadelfia y los dividieron en 110 grupos de aproximadamente 4 a 6 lotes cercanos. Luego asignaron aleatoriamente cada grupo a uno de los siguientes tres grupos: en el primer grupo, los terrenos baldíos se limpiaron y plantaron con césped y árboles, y tenían una valla baja con aberturas para que las personas pudieran caminar instaladas alrededor del perímetro. En el segundo grupo de lotes, la basura fue recogida y la vegetación crecida fue segada de vez en cuando. El tercer grupo de lotes baldíos, (el grupo de control) no recibió atención alguna.
Los investigadores también realizaron entrevistas con 342 personas que vivían cerca de los lotes baldíos antes y después de las intervenciones. Administraron un cuestionario estándar de evaluación de salud mental que les pide a los encuestados que califiquen la frecuencia con la que se han sentido nerviosos, desesperanzados, inquietos, deprimidos, sin valor, y con la impresión de que todo fue un esfuerzo durante el último mes.
Los investigadores informaron en JAMA Network Open, que las personas que vivían cerca de los lotes dónde se plantó césped y árboles reportaron sentirse deprimidos y sin valor con menos frecuencia que las personas que viven cerca de los lotes de control. Por el contrario, la intervención de limpieza de basura no tuvo ningún efecto sobre la salud mental. Los investigadores afirman que “Agregar espacio verde al entorno del vecindario de las personas puede mejorar la trayectoria de su salud mental”.
Más del 40% de las personas en el estudio tenían un ingreso familiar de menos de $25,000 US. La plaga urbana y la falta de espacios verdes afectan desproporcionadamente a los barrios más pobres. Los investigadores mencionan que al parecer el espacio verde es especialmente efectivo para reducir los sentimientos de depresión en éstos barrios.
Estudios previos sugieren una variedad de mecanismos por los cuales los nuevos espacios verdes pueden haber contribuido a una mejor salud mental: aliviando el estrés, promoviendo lazos sociales entre la comunidad, disminuyendo los temores de crímenes violentos, o sirviendo como un signo de inversión en el vecindario, lo cual a su vez, hace que las personas se sientan menos estigmatizadas y abandonadas por el gobierno.
Por supuesto, que los espacios verdes urbanos no pueden reemplazar las intervenciones dirigidas a pacientes individuales como el asesoramiento y la medicación. Pero podría ser una forma económica de promover mejoras en la salud mental en toda la comunidad. Crear cada espacio verde nuevo cuesta solo $ 1,597 y $ 180 al año para mantener, informan los investigadores.
Fuente: South E.C. et al. “Efecto del reverdecimiento de la tierra vacante en la salud mental de los adultos que viven en la comunidad: un ensayo aleatorizado por conglomerados”. JAMA Network Open. 2018.
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