Traducido por María Fernanda Enríquez
El poner un precio al carbono podría ayudar a aliviar la pobreza y mejorar la vida de las personas en los países de ingreso bajo y medio, según investigadores alemanes que escribieron en Nature Sustainability el 16 de Julio.
Los investigadores reunieron información sobre cuánto costaría implementar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) en 68 países diferentes. Los ODM son indicadores de mejoramiento en el acceso a educación, agua limpia, salud pública, infraestructura y otras necesidades básicas. La inversión necesaria para alcanzar estas metas varia de país a país, así como también la proporción de financiamiento público versus privado.
Con estos antecedentes, los investigadores calcularon los ingresos que cada país podría tener para desarrollo si cambian sus políticas de cambio climático.
El análisis se realizó en dos fases. En primer lugar, los investigadores consideraron el impacto al eliminar los susidios a los combustibles fósiles que ponen un precio negativo al carbono en muchos países.
“Actualmente, los gobiernos subsidian los combustibles fósiles para apoyar a ciertas industrias o para mantener los precios bajos para los consumidores. Esto no solo es una carga para el medio ambiente pero también para los presupuestos nacionales,” según explico en una rueda de prensa Kai Lessman, miembro del equipo investigador del Potsdam Institute for Climate Impact Research.
A nivel mundial los subsidios a los combustibles fósiles están estimados entre US$300-680 billones cada año, con un promedio por habitante de US$200.
En Egipto y Cabo Verde, la eliminación de subsidios a los combustibles fósiles cubriría totalmente las necesidades de financiamiento para alcanzar los ODM.
En Vietnam y Bangladesh, el subsidio a los combustibles fósiles por habitante de US$35 cubriría un cuarto de las necesidades de financiamiento para los objetivos de desarrollo. En Pakistán, el subsidio de US$40 podría ser reorientado para cubrir un tercio del financiamiento público necesario.
Otros países en los cuales la reorientación de subsidios para programas de desarrollo podría tener un impacto significativo incluye Togo, Bolivia, la República de Congo, Senegal y El Salvador.
En la segunda fase del análisis, los investigadores calcularon el monto de dinero que los gobiernos podrían movilizar con un impuesto de carbono consistente con los 2 °C de meta de calentamiento del Acuerdo de París: una media de US$40 por tonelada de dióxido de carbono en el 2020 incrementándose a US$175 en el 2030.
El potencial de ingresos depende de la intensidad de las emisiones en la economía de cada país, así como también su tamaño.
Hay varios países en Sudamérica y el Sureste de Asia donde la eliminación de subsidios en combustibles fósiles además de un impuesto al carbono podría cubrir más de dos tercios de las necesidades de financiamiento público para los objetivos de desarrollo. En India, la combinación de estas políticas brindaría 95% de los fondos necesarios.
En general, los investigadores mantienen que la fijación de precios del carbono sería una herramienta de política útil en países donde las oportunidades para inversión privada son escasas. Pero también estos son los países más pobres donde la necesidad de fondos de desarrollo supera el potencial de ingreso por el impuesto.
Aun así, hay países menos desarrollados en el África Subsahariana donde la fijación de precios del carbono podría contribuir más del 20% de los fondos públicos que se necesitan para los ODM, incluyendo Burundi, Mauritania, Nigeria, República de Congo, Senegal, Suazilandia, Togo, Uganda y Zimbabue.
En la práctica, no todos los fondos del impuesto al carbono se destinarán a los objetivos de desarrollo. Y el análisis no toma en cuenta los efectos de la reducción en el ingreso para los países exportadores de combustibles fósiles o, por otro lado, el incremento del crecimiento económico que sucedería con una mejor salud, educación, e infraestructura.
Sin embargo, el estudio sugiere que hay una oportunidad de sinergia al responder a dos de los más grandes desafíos del mundo. “Si miramos a las políticas de clima y desarrollo sostenible al mismo tiempo, resulta que la fijación de precios al carbono podría abordar ambos problemas simultánea y eficientemente,” según expreso en la rueda de prensa Max Franks, autor líder de la investigación del Potsdam Institute for Climate Impact Research.
Fuente: Franks M. et al. “Mobilizing domestic resources for the Agenda 2030 via carbon pricing.” Nature Sustainability. 2018.