Traducido por María Fernanda Enríquez
Según un nuevo estudio, podríamos alimentar a 2.800 millones de personas adicionales si duplicamos de manera sostenible el riego en las tierras de cultivo del mundo.
Si bien el aumento en el uso del agua puede no parece la solución más intuitiva para el medio ambiente, estos nuevos hallazgos, publicados en Environmental Research Letters, demuestran que invertir en infraestructura de riego sostenible es una forma de garantizar la seguridad alimentaria de millones de personas, sin dañar innecesariamente el agua del planeta.
En este momento, aproximadamente el 40% de la irrigación global de las tierras de cultivo proviene de fuentes “azules” insostenibles, como los ríos naturales, los arroyos y el bombeo de los pozos de agua subterránea, estima el estudio. Si bien eso puede ser una necesidad en algunas partes del mundo, esta forma de uso del agua está socavando los ecosistemas acuáticos, agotando los reservorios subterráneos no renovables y dañando el planeta en general.
El estudio dirigido por la Universidad de California en Berkeley calculó lo que sucedería si, en lugar de esto, fortaleciéramos la infraestructura de riego para aprovechar al máximo las fuentes de agua renovables y fácilmente disponibles “verdes”, como la lluvia, para satisfacer nuestras necesidades de riego.
Los investigadores se enfocaron globalmente en regiones de secano donde los costos inevitablemente altos de aumentar la irrigación allí podrían justificarse por rendimientos de cultivos muy altos y lucrativos. Descubrieron que el 44% de las tierras agrícolas de lluvia en todo el planeta cumplían estos requisitos.
Si expandimos e intensificamos significativamente el riego en estas áreas de enfoque, podríamos aumentar la disponibilidad actual de agua para los cultivos en un 48%. El efecto de este suministro de agua casi duplicado aumentaría los rendimientos de los agricultores y, en última instancia, aumentaría la producción mundial de calorías de los 16 cultivos más importantes del mundo en un 37%. A su vez, eso generaría alimentos suficientes para alimentar a casi tres mil millones de personas más de lo que lo hacemos actualmente.
De hecho, incluso si se eliminaran todas las fuentes de consumo insostenible de agua, el riego sostenible y la intensificación aún permitirían un aumento del 24% en la producción de alimentos, explican los investigadores.
Este aumento de la oferta también permitiría a 50 países duplicar su producción de calorías. De ellos, 29 están en África, lo que representa un gran beneficio potencial ya que este continente tiene la mayor prevalencia mundial de hambre.
De hecho, un fuerte aumento en las inversiones en riego en África aumentaría la producción de calorías lo suficiente para alimentar a 450 millones de personas más allí. A escala individual del país, el estudio encontró que China mostró el mayor beneficio potencial de la intensificación sostenible del riego: esta práctica permitiría al país alimentar a 380 millones más de sus ciudadanos.
Para obtener sus resultados, los investigadores realizaron un análisis espacial de la demanda de riego bajo la producción actual y maximizada de cultivos. Al observar los 16 cultivos principales que representan el 70% de la producción mundial de cultivos, incluidos el trigo, el arroz, la soja y el maíz, compararon esta demanda de agua con la disponibilidad local de agua dulce renovable. Esto les permitió identificar áreas del mundo donde los cultivos podrían expandirse a las tierras agrícolas de secano sin representar una amenaza para los ecosistemas de agua dulce, y luego calcular la cantidad de alimentos que generarían.
El escenario optimista que el estudio proyecta requeriría inversiones enormes y costosas en infraestructura de riego, lo que no sería una tarea fácil, reconocen los investigadores. También señalan que una advertencia de su investigación es que no tiene en cuenta los efectos del cambio climático sobre la demanda de agua y los rendimientos de los cultivos en el futuro.
Sin embargo, destaca el valor no reconocido del uso sostenible del agua como una herramienta para ayudarnos a resolver los desafíos futuros relacionados con la seguridad alimentaria y el impacto ambiental de la humanidad.
En resumen, los investigadores escriben: “Las inversiones en infraestructura de riego pueden ayudar a alimentar a miles de millones más de personas, evitar la expansión agrícola en hábitats naturales y salvaguardar los límites locales de la asignación de agua dulce para sistemas humanos y naturales”.
Fuente: Rosa, et. al. “Cerrar la brecha de rendimiento y garantizar la sostenibilidad del agua..” Environmental Research Letters. 2018.
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