Elegir uno sobre el otro reducirá a la mitad su huella de carbono en la dieta

Traducido por María Fernanda Enríquez

Cambiar la carne de res por una porción de pollo o pavo reduciría las emisiones de la dieta estadounidense promedio en más de un 50%, según muestra una investigación reciente. Esto significa que las personas no necesariamente tendrían que renunciar a la carne para reducir sustancialmente su impacto ambiental: un cambio simple y consciente podría generar un impresionante ahorro de emisiones. 

Los nuevos hallazgos, de un equipo de investigadores de Tulane y de la Universidad de Michigan, se basaron en los hallazgos de la Encuesta nacional de examen de salud y nutrición de los Estados Unidos. Una gran base de datos de información sobre las dietas diarias de más de 16,000 estadounidenses, recopilada entre 2005 y 2010. 

Al observar todos los alimentos enumerados en la encuesta, los investigadores hicieron un inventario paralelo de su impacto ambiental, que utilizaron para identificar las dietas entre las 16,000 que tenían las emisiones más altas. Tomando una muestra aleatoria de 330 de estas dietas de alto impacto, los investigadores identificaron el ingrediente alimentario que produjo la mayor cantidad de emisiones en cada caso. 

Encontraron que en el 52% de esas 330 dietas, un corte de carne de res tenía las mayores emisiones, seguido del 33% que contenía platos mixtos que contenían carne de res. Los platos que contienen mariscos constituyen el 10% de las dietas de alto impacto restantes. A continuación, los investigadores intercambiaron estos alimentos de alto impacto con una proteína de carne similar pero con menos emisiones, como el pollo para el bistec de carne y la carne de pavo para la carne molida. 

No es de extrañar que el pollo tenga un impacto menor que la carne de res. Pero lo sorprendente fue cuán grande resultó ser el impacto de este cambio: el intercambio de uno a otro reduciría las emisiones en un 54% en la dieta promedio de carne de res. 

Al igual que muchos otros estudios anteriores, esto enfatiza el enorme impacto de las emisiones de la carne de res, que se produce gracias a las grandes expulsiones de metano por parte del ganado, y los exigentes requisitos de uso de la tierra. Pero también muestra que la forma de reducir esta huella no necesariamente tiene que estar totalmente excluyendo a la carne.

Los cambios se observaron solo a nivel de las dietas diarias individuales, pero “si se promueven a gran escala, esta estrategia podría reducir sustancialmente las emisiones de gases de efecto invernadero de la dieta de los Estados Unidos”, creen los investigadores.

Los hallazgos siguen los pasos de otro estudio del mismo grupo, que utilizó el mismo conjunto de datos para analizar el efecto de las dietas diarias en los Estados Unidos de manera más amplia. Esta investigación independiente mostró que las dietas de menor impacto también tienden a ser más sanas (más bajas en carne y productos lácteos, sal y grasas saturadas), lo que subraya los dobles beneficios de comer con menos emisiones. De hecho, hay una creciente apreciación de que reemplazar la carne con proteínas de origen vegetal nos dará la mejor oportunidad que tenemos para reducir el enorme impacto de las emisiones de la producción moderna de alimentos.

Pero lo que es novedoso acerca de los descubrimientos más recientes de los investigadores es que para los consumidores que sí deciden seguir comiendo carne, lo que, si somos realistas, serán millones en los Estados Unidos necesariamente tienen que hacer grandes revisiones dietéticas para reducir su huella de carbono. Todo lo que requeriría, según este estudio, es cambiar la carne por pollo.

La carne y los productos lácteos por sí solos representan el 14.5% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, y no podemos erradicar eso sin dietas completamente veganas. Sin embargo, podemos reducir significativamente nuestro impacto, con decisiones más conscientes sobre qué carne comemos.

Rose, et. al. “Diet and Planetary Health: Single-Item Substitutions Significantly Reduce the Carbon Footprint of Self-Selected Diets Reported in NHANES.” Annual meeting of American Society for Nutrition. 2019.

 

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