El apocalipsis de los insectos tiene más matices de lo que pensábamos.

Traducido por María Fernanda Enríquez

La gente está preocupada por la disminución de insectos. Y con buenas razones: los insectos polinizan nuestros cultivos y flores, apuntalan la cadena alimentaria, descomponen los desechos orgánicos y nos ayudan a recordar que el mundo está vivo. Entonces, en los últimos años, a medida que los informes de un “apocalipsis de insectos” han invadido las noticias, los expertos han instado a la acción y han propuesto soluciones.

Sin embargo, para abordar este problema correctamente, necesitamos conocer su alcance. Entonces, para un artículo reciente en Science, los investigadores llevaron a cabo el estudio más grande de los cambios en la población de insectos que se haya realizado hasta la fecha, reuniendo décadas de conocimiento en un intento de descubrir cómo les está yendo a los insectos en todo el mundo. Los resultados pintan una imagen compleja, encuentran disminuciones en los insectos terrestres pero aumentos en los de agua dulce, y muestran que el desarrollo de la tierra humana probablemente tenga un efecto sobre cómo se desarrollan estas tendencias.

Para armar su informe, los investigadores desenterraron tantas encuestas de insectos a largo plazo como pudieron encontrar: 166 de ellas, que abarcaban 41 países y casi un siglo. Luego combinaron los estudios en un gran conjunto de datos, centrándose en si la abundancia de insectos, medida como un recuento de insectos individuales, como biomasa general, o ambos, había aumentado, disminuido o permanecido igual.

Los autores “encontraron pruebas sólidas de una disminución de los insectos terrestres”, escriben. Esto fue especialmente cierto en el oeste de los Estados Unidos, donde las mariposas monarca, por ejemplo, son cada vez más dispersas, y en Europa, particularmente en Alemania. (Un estudio alemán de 2017, que encontró que la biomasa de insectos voladores se había desplomado en un asombroso 75% en 27 años, fue fundamental para llamar la atención del público sobre este tema). En general, su estudio encontró una disminución promedio de insectos terrestres de 0.92% por año.

Sin embargo, los insectos de agua dulce mostraron la tendencia opuesta, aumentando un promedio de 1.08% por año. ¿Por qué les va tan bien? Los investigadores sugieren que legislación como la Ley de Agua Limpia podría haber mejorado sus hogares, permitiéndoles prosperar. (Otros factores pueden incluir el calentamiento ambiental, que puede aumentar la abundancia de algunos insectos a expensas de otros, y la escorrentía química, que puede aumentar la cantidad de nutrientes en el agua).

Otro análisis realizado por los investigadores muestra que la mejora y la protección del hábitat también juegan un papel importante para los insectos terrestres. Aunque los insectos en las áreas protegidas aún están perdiendo terreno en general, están disminuyendo más lentamente que los insectos que viven en lugares sujetos a la urbanización, lo que sugiere que “la protección y restauración del hábitat apropiadas pueden ser estrategias efectivas”, escriben los autores. Es bueno saber que nos ha ido bien con los insectos acuáticos, y es hora de llevar esas lecciones a la tierra.

Fuente: van Klink et. al. “Meta-analysis reveals declines in terrestrial but increases in freshwater insect abundances.” Science, 2020.
Imagen: Tanguy Sauvin

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